El café ha sido durante siglos una bebida que acompaña a millones de personas al comenzar su día. Más allá de su conocido efecto energético, investigaciones recientes sugieren que el consumo regular de esta bebida podría tener efectos beneficiosos para la salud. Aunque en ocasiones se ha señalado la presencia de compuestos potencialmente dañinos, como la acrilamida, el balance entre los beneficios y riesgos parece inclinarse a favor de una ingesta moderada.
El café no solo es una fuente de cafeína, sino que también contiene antioxidantes, vitaminas del grupo B, minerales como el magnesio, y compuestos bioactivos que tienen efectos positivos en el organismo. Estudios científicos han vinculado su consumo con una menor probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, en especial los de colon e hígado.
Además, el café tiene la capacidad de proteger el cerebro contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. La cafeína y otros compuestos bioactivos presentes en el café ayudan a proteger las neuronas, lo que podría retrasar el deterioro cognitivo. Esto convierte al café en una opción atractiva para quienes buscan mantener su salud cerebral a lo largo del tiempo.
Fuente: Redes.