Alejandro Sanz se reencuentra con fans mexicanos en el Auditorio Nacional: «los quiero un chingo, lo saben, sin medida, sin control»

La euforia de la gente se desató desde el primer momento en que el español apareció en el escenario

Alejandro Sanz durante su concierto en el Auditorio Nacional. Foto: Auditorio Nacional.

Alejandro Sanz durante su concierto en el Auditorio Nacional.

Han sido más de tres décadas de romance entre Alejandro Sanzy el público mexicano, y el cariño mutuo sigue intacto, tal y como se demostró la noche de ayer en el Auditorio Nacional, cuando 10 mil personas cantaron junto al español todo el repertorio de la gira «¿Y ahora qué?».

Eran pasadas las 20:30 horas de la noche y la gente seguía entrando al Auditorio Nacional, listos para disfrutar del primero de seis conciertos que Sanz ofrecerá en la Ciudad de México, mientras en el audio local daban la tercera llamada y las luces se apagaron.

La euforia de la gente se desató desde el primer momento en que Alejandro Sanz apareció en el escenario, con guitarra en mano, listo para cantar «Desde cuándo». A sus 56 años de edad, el cantante español luce como en sus mejores tiempos de juventud, no sólo físicamente, también como intérprete.

Entre el público se encontraba su novia Candela Márquez y el actor Luis Felipe Tovar, de quien es amiga, disfrutaban desde la primera fila del show y ambos se veían felices disfrutando de temas «Capitán Tapón» y «La música no se toca».

“Buenas noches ¿qué tal? ¿cómo van las cosas? Es nuestra primera noche y estoy con todas las ganas de cantarles, de disfrutar de este México que me tiene el alma apachurrada después de tantos años, espero lo disfruten mucho, esto va para ustedes, gracias por venir, tengo muchas ganas de que la pasen bien, disfruten y luego al final del show nos vemos por ahí”, dijo el cantante emocionado a sus fans.

Alejandro parece estar convencido del poder femenino, porque de los ocho músicos qué lo acompañan cuatro son mujeres y en todo momento las invitaba a interactuar con él cantando y bailando.

En el tema «Por bandera», subió a lo alto de la escalinata que dominaba el escenario y sacó una bandera de México, que ondeo por un momento y luego bajó para acercarse a la orilla del escenario y entregarla a su actual pareja Candela Márquez, uno de los muchos detalles que tuvo con ella a lo largo del concierto.

“No importa lo que pase en la vida, porque al final yo estoy convencido de que la vida son momentos, y si no entregas todo en el momento no sé para qué”, expresó el interpreté antes de cantar Mi soledad y yo.

«El vino en tu boca», «Quisiera ser» y «Hoy no me siento bien», se escucharon en el recinto antes de que Sanz anunciará qué estaba a punto de darle al público una sorpresa, el estreno de una nueva canción, pero además la grabación del video en ese mismo momento, para lo cual invitó al escenario a su compatriota Rels B.

“Así que péinese bien, pónganse guapos, para que no digan que los agarramos desprevenidos”, bromeó Alejandro y acto seguido invitó a Rels B a comenzar con la canción No me tires flores, el nuevo sencillo.

El momento de la nostalgia llegó con «Regálame la silla», «Amiga mía», «Deja que te bese» y «Cuando nadie me ve», en este momento se quitó el saco que traía encima y dejo al descubierto sus brazos llenos de tatuajes y se puso una gorra, haciendo que los «¡te amo!» se escucharan por todo el lugar.

Después de un recorrido por el recuerdo, con parte de sus éxitos de los 90 y principios de los dos mil como, «Amiga mía», «Cuando nadie me ve», «El alma al aire», «Aquello que me diste», Alejandro Sanz dijo:

“Muchas gracias, hemos llagado al final del concierto, la verdad me da tristeza pero me dio gusto haber estado con ustedes… los quiero un chingo, lo saben, sin medida, sin control y de una mensa loca”.

Con el tema Yo te traigo, Alejandro hizo un recorrido por los más de 30 años de carrera, mostrando en las pantallas de su escenario una a una las caratulas de sus discos.

Fue emotivo ver a 10 mil personas mover sus brazos de un lado a otro al ritmo de No es lo mismo, en completa complicidad con su ídolo, que de esta forma trató de despedirse, pero la gente le pedía una más.

Si bien Sanz y sus músicos salieron del escenario, a los pocos segundos volvieron con instrumentos, incluyendo un cajón de flamenco, y la nostalgia volvió con «Y si fuera ella», este acústico puso el toque bohemio a la noche, porque él cantante por momentos guardaba silencio para dejar a su público cantar, algo que se escuchó impresionante.

“Durante dos horas es estuvimos sin pensar en nada más que lo que ocurría aquí, si lo piensan eso es un privilegio, así que muchas gracias por permitirme ser parte eso, así que ¡viva la música! ¡viva México!”, cerrando la noche con «Corazón partio», y en medio de una lluvia de papeles de colores, se despidió ahora sí definitivamente de las 10 mil almas que estuvieron con él cantando, y antes de salir de escena, se acercó a Candela y le regaló un beso en la mano.

FUENTE: EL UNIVERSAL

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