Trabajadores de los Estudios que ahora se encuentran en festejos por los 80 años de existencia, han sido testigos de apariciones

La Auditoría advierte Estudios Churubusco realizó “en forma indebida” 35 adjudicaciones directas por 97.2 millones de pesos.
En los Estudios Churubusco hay varios fantasmas que se aparecen. ¿Las razones?: técnicos muertos en foros; antiguos actores y directores que hicieron del lugar su casa por años y hasta una niña de la que nadie sabe su origen.
Trabajadores de los Estudios que ahora se encuentran en festejos por los 80 años de existencia, han sido testigos de apariciones lo mismo en la zona de oficinas, que en pasillos o la sala THX, donde las vibras se llegan a sentir pesadas.
Donde ahora se encuentran las oficinas de Obra Pública, donde se coordinan todos los trabajos de mantenimiento, pasan cosas raras.
“Eran como las 12 de la noche, aún seguía trabajando y de pronto se cerró con fuerza la puerta, me asomé porque pensé que había alguien, pero nadie. Pensé, bueno, fue el aire, pero entre sí y que no, mejor ya me bajé”, cuenta Santiago Quintanar, jefe del departamento.
“En el auto me estaba esperando mi esposa y, cuando la veo me preguntó que quién estaba conmigo y le dije que nadie. Me respondió que era muy raro, porque había visto pasar a alguien (por la ventana) y justo cuando se cerró la puerta. No le dije lo que había pasado, pensé que era lo mejor, pero si me quedé pensando”, agrega.
Hace casi dos décadas, un técnico falleció tras caer de una pasarela colocada en ese entonces a unos 15 metros de altura. Prácticamente murió en el momento y, se dice, algunos trabajadores han logrado ver su figura por las noches.
“No es que hayan apagado las luces o tocado el hombro, pero sí ves de pronto que algo se mueve y sientes a alguien; no se siente malo, pero sí saca de onda eso”, cuenta uno de los trabajadores de intendencia.
Los Estudios Churubusco están prácticamente a un lado de lo que era el cauce del río que fue entubado en la década de los 60. Se encuentran a menos de un kilómetro del Convento donde, en agosto de 1847, se enfrentaron los ejércitos estadounidense y mexicano por el control de la Ciudad de México.
En la zona varios afirman que en la soledad de la noche y madrugada, se puede oír la marcha de soldados, al igual que lamentos y sombras entre las paredes.
No se sabe si la niña blanca, como se le ha bautizado, viene de esa época. Hay quien dice se trata del fantasma de una pequeña asesinada en el río y que ve en los Estudios un lugar para jugar.
“A veces, si estás en el foro, escuchas pasos y ves claramente unos zapatos blancos; varios han renunciado por eso, una vez sí me tocó ver que un pan que había dejado mientras revisaba algunas cosas, tenía mordidas humanas”, relata otro trabajador.
La sala THX, donde es trabajado el sonido de las cintas, es un lugar frecuentado por una mujer de baja estatura y cabello corto que hace el “aseo”. Tiene la costumbre de ir con una escoba y ponerse de espaldas a la gente, quien la saluda y sin recibir respuesta.
Gusta salir temprano o de noche, cuando las actividades están por comenzar o ya terminaron.
“Una vez un guardia de seguridad me dijo que no podía cerrar porque estaba limpiando adentro, que era una mujer que se había pasado. Le dije que no había nadie a esa hora, entramos y, efectivamente, estaba vacío. Sientes como se te pone la piel fría”, cuenta una empleada.
También se asegura que ocasionalmente se oye cantar en uno de los edificios a Pedro Infante, quien rodó varias de su escenas en los Estudios y se ha logrado ver caminando a la figura de Emilio “Indio” Fernández. De este último se comenta se le observa con cierta frecuencia en lo que era la entrada principal del sitio, donde ahora está el restaurante.
fuente: El Universal
 
				 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
								 
															





