Después de cientos de explosiones y más de 40 horas seguidas de emisiones, los investigadores apuntan a que el volcán se estabilizará, sin una erupción dramática, pero con niveles altos de actividad.
El volcán Popocatépetl está activo desde hace unos días. Alrededor de 7.000 soldados se han movilizado a los Estados de Puebla, Morelos y Estado de México por si hace falta organizar una evacuación de las poblaciones cercanas al volcán, se han suspendido las clases en 40 municipios y se ha fijado un perímetro de seguridad de 12 kilómetros en torno al Popo. Está todo preparado, pero los científicos llaman a la calma: este episodio no es único, ha pasado antes muchas veces y a lo que apunta la historia reciente es a que el volcán se estabilizará, sin una erupción dramática, en un nivel alto de actividad y emisión de cenizas.
“Es probable que en los próximos meses haya muchos episodios como el que hay ahora”, apunta el vulcanólogo Robin Campion. “Es un escape de gas continuo que genera mucho ruido y lleva consigo los fragmentos incandescentes y la ceniza”, señala. “Lo que más destaca es la duración del episodio, 40 horas sin parar. Es un episodio anómalo por su duración, por la producción constante de ceniza por tanto tiempo”, describe.
Esta ceniza ahora está cayendo sobre el Estado de Puebla, pero los próximos vientos se dirigen a Ciudad de México, donde el sábado se desató el caos en el ya saturado AICM por el cierre solo durante unas horas de las pistas. “La probabilidad de que la ceniza se dirija a Ciudad de México es muy alta. Sabemos que durante el invierno las cenizas van hacia Puebla, pero a partir de mayo, en junio y julio es hacia Ciudad de México”, explica la investigadora Ana Lillian Martin en una conferencia organizada por la UNAM.
¿Cuánto tiempo habrá que estar así? “Para eso no tenemos una bola de cristal”, responde el vulcanólogo Robin Campion, que señala que es difícil hacer pronósticos exactos en las tres velocidades que se manejan: no se sabe cuánto va a durar este episodio.