Alex Fernández le entra al mariachi-pop con su propia voz y legado

En su nuevo material, el nieto de Vicente Fernández explorar un sonido que se siente más auténtico

Foto: Cortesía.

En la industria musical, específicamente en México, el apellido pesa, aunque, Alex Fernández, hijo de Alejandro Fernandez y nieto de Vicente Fernandez decidió tomar una ruta diferente a la de sus antecesores y construir su propia voz y legado, sin renunciar al apellido que representa a una de las dinastías más importantes de la música mexicana.

Mientras se encuentra preparando lo que será su nuevo material discográfico, comenzó a lanzar algunos sencillos, el más reciente «¿Quién no ha llorado por amor?», que sirve como carta de presentación a lo que él llama su “nueva etapa”: una mezcla de mariachi y pop que él mismo define como Mariachi-pop, una fusión que busca respetar la tradición y al mismo tiempo ofrecer algo fresco, íntimo y contemporáneo.

La decisión de cambiar de equipo, disquera y management fue clave para Alex Fernandez y el sonido que quiere lograr.

“Desde el principio me preguntaron qué quería hacer, cómo quería vestirme, qué quería cantar… y eso nunca me había pasado”, comparte Alex en entrevista. En ese espacio de libertad creativa, surgió el impulso de explorar un sonido que se sintiera más auténtico.

¿Quién no ha llorado por amor?, escrita por Alex Soto, Adrián Navarro y Vadhir Derbez, fue el primer paso. Bajo la producción de Kiko Cibrián, a quien Alex define como “un capo total”, el cantante experimentó con nuevas formas de interpretación vocal.

“Kiko no busca la voz bravía, le gusta más la voz controlada, de cabeza, como más consentida”, explica.

Más allá del apellido

Nacido en Guadalajara en 1993, creció rodeado de música y expectativas. Pero como él mismo dice: “Tenemos dos bendiciones: ser mexicanos y ser Fernández”. Lo importante ahora es qué hacer con esas bendiciones.

Durante la entrevista, confiesa que el reto más grande ha sido no quedarse atrapado en lo que se espera de él.

“Es una responsabilidad, claro, porque la gente te mide con otra vara. Pero más que presión, para mí es un orgullo”, afirma.

Por otro lado, en cuestión de hacer música que resuene con las nuevas generaciones y se haga viral, Alex tiene una postura clara que va por encima del algoritmo: “Primero hay que hacer lo que te gusta, con calidad. Ya después, si se hace viral, qué padre. Pero no al revés”. Para él, la conexión emocional con el público está por encima de los algoritmos.

¿Quién no ha llorado por amor? es una balada que toca la fibra emocional y que, según Alex, está pensada para que quien la escuche “pueda identificarse, conectarse y tal vez desahogarse”.

Lejos de los escenarios, Alex vive una etapa personal que también ha influido en su forma de ver la música. Casado desde 2021 con Alexia Hernández y padre de dos hijas, Mía y Nirvana, afirma que el verdadero éxito está en casa.

“Mis hijas son mi mundo. El éxito es estar con ellas, vivir feliz con las personas que amas. En la música es parecido: conectar con tus fans, cantar juntos, compartir energía. Eso es el verdadero logro.”

Desde que firmó con DBM Music a inicios de 2025, el rumbo es claro: encontrar una narrativa propia, una estética sonora definida y un sello que no dependa de su apellido, sino de su autenticidad.

Fuente: El universal

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