El sol se ocultó en Barrow, Alaska, el 18 de noviembre y no volverá a aparecer hasta el 22 de enero de 2025, dando inicio a 66 días de oscuridad y temperaturas extremas en pleno Ártico.
El sol se despidió de Barrow, Alaska, y no volverá a salir hasta el próximo 22 de enero de 2025, marcando el inicio de una de las noches polares más largas del hemisferio norte.
La noche polar es un fenómeno astronómico que ocurre en las regiones más septentrionales del planeta durante el invierno. Se caracteriza por la ausencia total del sol durante más de 24 horas, una consecuencia directa de la inclinación del eje terrestre. Cuando el hemisferio norte se inclina lejos del sol, ciertas localidades situadas por encima del Círculo Polar Ártico no reciben luz solar durante semanas o incluso meses.
En Barrow, también conocido por su nombre nativo Utqiaġvik, este periodo de oscuridad dura aproximadamente 64 días. Durante este tiempo, aunque el sol no aparece en el horizonte, la localidad experimenta breves horas de penumbra conocidas como crepúsculo civil.
Zonas con noche polar y condiciones climáticas extremas
Además de Barrow, otras regiones del Ártico, como Svalbard en Noruega o algunas zonas del norte de Rusia y Canadá, también experimentan la noche polar. En total, unas 4 millones de personas viven en el Ártico, aunque la población en localidades afectadas directamente por este fenómeno, como Barrow, es mucho más reducida, rondando los 4.500 habitantes.
Durante la noche polar, las temperaturas pueden descender hasta los -40 °C en Barrow. El frío extremo, combinado con vientos helados, hace que la sensación térmica sea aún más baja. Además, las tormentas de nieve son frecuentes, complicando la vida diaria.
Impacto en la vida de los habitantes
La falta de luz solar afecta tanto el estado de ánimo como la salud física de los habitantes. Es común que las personas experimenten trastorno afectivo estacional (TAE), un tipo de depresión relacionado con la ausencia de luz natural. Para combatirlo, muchos recurren a lámparas de luz ultravioleta y actividades comunitarias que fomentan la interacción social.
Por otro lado, la noche polar también moldea las tradiciones culturales y las rutinas de las comunidades locales. Las festividades, el arte y la música suelen ser un refugio para mantener el ánimo durante esta etapa.
La noche polar no solo es un desafío para quienes viven en estas latitudes, sino que también resulta fascinante para científicos y turistas. Los cielos oscuros ofrecen una oportunidad excepcional para observar las auroras boreales, un espectáculo natural que atrae a visitantes de todo el mundo.
Su contraparte: el verano polar
El fenómeno opuesto a la noche polar es el verano polar, cuando el sol no se oculta durante semanas. También conocido como sol de medianoche, ocurre entre mayo y agosto en Barrow. Este periodo continuo de luz tiene sus propios retos, ya que puede alterar los ritmos circadianos y dificultar el descanso.
Fuente: El tiempo