Las cáligae eran el calzado militar estándar de los soldados romanos, y su resistencia se debía en gran parte a los clavi caligarii, pequeñas tachuelas metálicas incrustadas en las suelas. Estas no solo aumentaban la tracción y durabilidad del calzado en largas marchas, sino que también han sido clave para la arqueología en la identificación de calzadas y campamentos romanos. El investigador Isaac Moreno Gallo ha profundizado en el estudio de estos elementos, analizando su presencia en yacimientos y textos antiguos. Sus hallazgos han permitido una mejor comprensión de la construcción de las calzadas romanas y del papel del ejército en la expansión del Imperio. Este detalle aparentemente simple de la vestimenta romana sigue proporcionando pistas valiosas sobre la ingeniería y el día a día de los legionarios. Un claro ejemplo de cómo los pequeños elementos pueden revelar grandes historias del pasado.
Créditos: El Ilustrador

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