A principios de agosto, se reveló que tres exbailarinas de la cantante Lizzo la demandaron por presunto acoso y maltrato laboral. En aquel momento, la cantante afirmó que todas las acusaciones eran “falsas” e incluso mencionó que las presuntas víctimas solo eran exempleadas enojadas.
Pese a que estos señalamientos le costaron una baja importante de seguidores en Instagram, la intérprete de “Truth hurts” continuó con sus actividades profesionales y recientemente recibió Premio Humanitario Quincy Jones durante la gala de Black Music Action Coalition, en Los Ángeles
Lizzo señaló qué: “El humanitarismo en su naturaleza es desinteresado. Ser amable con alguien no es un talento. Todos pueden hacerlo. Es un regalo que se da. Tengo tantas ganas de vivir en un mundo donde premiamos la bondad con nuestra atención”.
Esto último causó mucha controversia en redes sociales, pues horas después de haber recibido el galardón, se dio a conocer que Asha Daniels, la exdiseñadora de vestuario de la cantante de “Pink”, inició un proceso legal en su contra por presunta discriminación.
Por su parte, Daniels asegura que Lizzo la sometía a una “cultura de racismo e intimidación”, pues permitía que la encargada de vestuario, Amanda Nomura, se burlara de ella y el resto de sus compañeras con calificativos como “gordas”, “inútiles” y “tontas”.
Asimismo, mencionó la existencia de un chat grupal de empleados donde se mandaban imágenes de miembros masculinos: “Lizzo encontró que la imagen era cómica, lo que fomentaba aún más una cultura laboral insegura y cargada de sexualidad”, se menciona en la demanda obtenida por TMZ.