Hace justo 35 años, un 15 de julio de 1988, todos los que desecharon el papel principal en la película “Duro de Matar” se pegaron de topes en la pared y algunos periodistas tuvieron que morderse fuerte la lengua para no reconocer su error.
Y es que ese día nacieron dos leyendas: la de «Duro de matar», como inicio de una saga que fue conformada por cuatro secuelas, y la de Bruce Willis como un actor de acción, mientras varios famosos rechazaron protagonizar la película, Willis aprovechó y se consagró con este personaje
Al detective John McClane nadie lo quiso a finales de los 80, Arnold Schwarzenegger lo rechazó por una comedia; Mel Gibson y Harrison Ford se pasaron de largo; Sylvester Stallone ni lo volteó a ver y Al Pacino tenía otras prioridades.
Pero un actor que sólo era conocido por la comedia, Bruce Willis apareció en el firmamento y 5 millones de dólares, bastaron para decir sí al filme.
Finalmente el guionista de la película Jeb Stuart en el libro Die Hard: An Oral History recordó: “No olvidemos que esto era 1987. Lo que funcionaba en el cine era Rambo, Comando, Depredador, todos protagonistas claramente heroicos, rudos y perfectos y acá el rol central era para un hombre común y corriente”.