Swift, que suele confesarse a través de sus canciones, fue revelando “las coincidencias” que la llevaron a su relación con el jugador de la NFL, con quien se comprometió ayer y le valió hasta la felicitación de Trump
A poco más de dos años de relación, el compromiso de Taylor Swift con el futbolista Travis Kelce causó estruendo entre sus fans.
No faltó quien se grabó llorando de la emoción, y la noticia escaló al punto de convertirse en tema de agenda nacional en EU, cuando el presidente Donald Trump les deseó “mucha suerte”.
Pero, como en sus canciones, en la vida de Swift nada parece casual. La cantante ha hecho de los easter eggs (pistas ocultas) un sello con el que mantiene a sus seguidores atentos a cada nuevo capítulo.
Ella misma lo niega: en 2023, durante el pódcast New heights, conducido por Jason y Travis Kelce, concedió su primera entrevista desde 2020 y recalcó que no ofrece pistas sobre su vida privada. Aun así, el anuncio no fue del todo sorpresivo para muchos seguidores.
El “hilo invisible” que parece anticipar este momento data de 2016. Ese año, cuando Taylor era ya un fenómeno global con su disco 1989, su nombre apareció en una entrevista a Travis Kelce.
Al deportista le plantearon el clásico juego de “besar, casar o matar”: debía elegir entre Taylor, Katy Perry y Ariana Grande. Su respuesta fue que a Swift la besaría.
Nadie apostaba entonces que esa ocurrencia ligera se leería, años después, como la primera pista de una historia real.
Ocho años después, aquella respuesta se convirtió en inspiración para la canción “So high school”.
En ella, la artista nacida en Pensilvania retoma el mismo juego y lo transforma en confesión íntima: él la hace sentir como adolescente.
“¿Vas a besarme, casarte conmigo o matarme? Es solo un juego, pero en serio apuesto por las tres”, canta en el álbum The tortured poets department.
Esa lectura de coincidencias no quedó solo en la pareja. También algunos fans imaginaron que el cruce de ambos mundos era posible antes de que ocurriera.
Siendo de mundos distintos, era difícil imaginar ver a ambos juntos, salvo para Makayla y Nick Stephens, un matrimonio que en Halloween de 2020 se disfrazó de la cantante y el receptor.
“No sé en qué mundo estarían en la misma habitación, pero en este están casados”, escribió Makayla en Instagram. Ahora, con el compromiso hecho realidad, celebró con un mensaje lapidario: “La profecía se completó”.
En el foco emocional
La vida amorosa de Swift mantuvo en vilo a la opinión pública durante años. “Siempre he sentido que soy la chica antes de ‘la indicada’”, escribió ella en 2009.
Su escritura confesional ha narrado alegrías, deslices y deseos desde su primer disco, donde la canción “Mary’s song” cuenta una historia de amor que dura toda la vida, desde la infancia hasta cuando la pareja tiene 87 y 89 años.
Para los fans, esos números no son casualidad: hoy resuenan en el 87 que Kelce porta en su uniforme y en 1989, el año que Swift convirtió en emblema de su carrera.
Desde el inicio, su vida personal y su obra musical han estado inseparablemente unidas.
Cada relación, cada ruptura y cada reencuentro han encontrado eco en su discografía, que funciona al mismo tiempo como diario íntimo y como relato generacional para millones de seguidores.
En Fearless hay canciones dedicadas a Joe Jonas. En Speak now aparece Taylor Lautner, aunque el protagonista es John Mayer. Red es una catarsis para superar a Jake Gyllenhaal. Y en 1989 deja ver que Harry Styles “no sabía manejar”.
Reputation y Lover refieren al actor inglés Joe Alwyn, con quien duró siete años y a quien también aludió en Folklore, Evermore, Midnights y The tortured poets department, junto a Matty healy, vocalista de The 1975, su “casi algo” durante una década.
Fue Midnights el disco que provocó un efecto dominó en su vida. Incluyó la canción “You’re on your own, kid”, donde habla de hacer las paces con la soledad y de “hacer brazaletes de amistad”, accesorio que se convirtió en símbolo de las swifties. Con uno de ellos Kelce intentó acercarse a ella durante el Eras Tour en Kansas, el 8 de julio de 2023, aunque no lo consiguió.
A poco más de un mes de estrenar su duodécimo álbum, The life of a showgirl, Taylor se prepara para abrir una nueva era. La expectativa es enorme: pocos dominan como ella el negocio de las emociones humanas.
FUENTE: EL UNIVERSAL