Miguel Bosé, famoso cantante español, ganó la demanda interpuesta por su expareja sentimental Nacho Palau, quien había pedido que ambos fueran declarados padres de los cuatro hijos que tuvieron por gestación subrogada, de los cuales dos eran hijos biológicos de uno y otros dos del otro.
En una primera demanda, Palau solicitó en España que ambos asumieran la paternidad de los cuatro niños, petición que fue rechazada, aunque el tribunal sí estableció un régimen de relaciones entre los cuatro menores.
Ante esta resolución, el escultor recurrió al Tribunal Supremo, institución que ahora resuelve que no existe filiación entre los cuatro niños.
El tribunal explica además que, según el ordenamiento español, una vez terminada la relación afectiva de los progenitores «se establece para estas situaciones el cauce de la adopción que pudieron seguir las partes durante la convivencia y que, una vez rota la pareja, es inviable».
Tras su separación, la guerra judicial entre Miguel Bosé y Nacho Palau se intensificó. Mientras Bosé permaneció en México, Palau regresó a España y estableció su residencia en su ciudad natal, Valencia.
El escultor reclamaba que los cuatro, por haber crecido juntos y en el mismo núcleo familiar desde que nacieron, fuesen considerados «como hermanos». Pese a esa petición, el intérprete quería que los niños no fuesen hermanos legalmente, ya que eso se traduciría en que los dos progenitores serían padres de los cuatro hijos.